Lucía González Lavado

"Crear personajes, inventar historias, crear mundos de la nada, es de lo que más me gusta hacer en esta vida. Disfruto con ello, soy feliz haciéndolo y por eso lo hago, porque soy realmente feliz escribiendo."

¿En qué momento de tu vida decidiste que ibas a ser escritora?
No hubo en ningún momento en particular en el que decidiese ser escritora, no se me planteaba por la cabeza. Escribía por afición hasta que años más tarde decidí enviar mis libros a editoriales y comenzaron a publicarse.
Pensar en ser escritora era algo impensable para mí y toda mi formación académica fue enfocada a otro campo.


¿A quién dedicaste tu primer escrito?
A mi familia.

¿Por qué y para qué escribe Lucía González Lavado?
Crear personajes, inventar historias, crear mundos de la nada, es de lo que más me gusta hacer en esta vida. Disfruto con ello, soy feliz haciéndolo y por eso lo hago, porque soy realmente feliz escribiendo.

¿Qué tipo de temática escribes y para qué tipo de público?
Principalmente escribo literatura fantástica, pero también tengo libros infantiles y de suspense. El público es muy variado; algunos van dedicados al infantil, otros a juvenil que es a partir de doce años y los últimos que estoy escribiendo entran en una categoría llamada New Adult que es a partir de dieciséis años.
Por el momento no he escrito ningún libro para público adulto, si relatos, pero no novelas.

¿Qué piensas del trato que se da a la literatura fantástica en España?

La situación de la literatura fantástica ha cambiado mucho a lo largo de los años. Desde que novelas de Harry Potter, El Señor de los Anillos o Juego de Tronos, se adaptasen al cine o televisión, la visión de la fantasía es diferente. No se considera un género menor, ni que solo es para niños.
Cada vez hay más editoriales que apuestan por la literatura fantástica y desean tener entre sus autores a escritores de este género, así que, mi conclusión, es buena y sé que con los años mejorará muchísimo más, pues hace doce años desde que publiqué y ya he visto grandes cambios.

¿Cuántas novelas has publicado hasta el momento y qué podías destacar de ellas?
Tengo un total de 22 y es difícil destacar algo de tantas novelas. Si puedo decir que las de Hijos del Dragón, que fueron con las que me inicié como escritora, son las que mejor acogida han tenido en el público y a las que tengo más cariño.
Todas ellas, de alguna manera, me han aportado diferentes experiencias y buenos y también malos momentos.


Todo escritor tiene un "maestro", aunque no sea directamente, que de alguna manera puede influir o guiar su forma de escribir. ¿Qué autor o autores han podido influenciar de alguna manera en tu forma de hacerlo?
Aunque de niña era una gran lectora, en rara ocasión llegué a leer libros de fantasía, si muchos de terror. Recuerdo que la colección “Pesadillas de R.L Stine” la devoré y deseaba que se publicasen un libro tras otro.
Mis influencias fantásticas provenían de otros medios, como los videojuegos, cómic o mangas. Sentía especial predilección por todo lo que viniera de Japón y su cultura. Así que, aunque suene más general, mis primeras influencias en el campo fantástico provenían todas de Japón y eran autores y autoras de manga.

¿Con qué personaje de tus novelas te identificas?
Con ninguno. Les otorgo a mis personajes actitudes que yo carezco y comportamientos que no realizaría.

¿Cuáles son las actividades que realizas como escritora y cuáles son tus proyectos?
Suelo asistir a ferias del libro, imparto charlas sobre el fomento de la lectura en colegios e institutos y también asisto a festivales de literatura fantástica y ciencia ficción.
Tengo muchos proyectos, la mayor parte son novelas de fantasía de categoría New Adult, pero también tengo intención de escribir alguna novela más de suspense.

¿Cuál es tu lugar preferido para ponerte a escribir?
Una habitación que tengo adecuada para ello con todas mis obras publicadas, libros que puedo necesitar para documentación, como bestiarios, un amplio escritorio y una zona donde tumbarme para cuando necesite descansar.

¿Tienes alguna manía a la hora de escribir, alguna rutina establecida o te dejas llevar por la inspiración del momento?
No tengo ninguna manía en particular, pero en ocasiones, necesito escribir con música, otras en completo silencio y de madrugada, donde sé que no seré interrumpida.
Un truco para enfrentarse a la hoja en blanco:
Tener la historia planificada de principio a fin, no dejar que las musas vengan, sino trabajar en la idea, prepararla, crear los personajes, el mundo, cada movimiento. De esa manera, el miedo a la hoja en blanco desaparece.

¿Algo de lo que nunca hablarías en tus textos?
Creo que nada… hasta el momento he escrito lo que he querido y nunca he pensado en algún tema sobre el que no escribiría.

En tu faceta de escritora, ¿qué es lo más satisfactorio?
Hay muchos momentos. Cuando al fin tienes el libro en tus manos o ver las sonrisas de tus lectores cuando te conocen y le firmas los ejemplares.

¿Cuál es tu gran punto débil al escribir?
La mayor parte de mis libros están poblados de escenas de acción y a veces me suele costar mucho escribirlas. Necesito describirlas con detalle para que el lector sepa qué está pasando y a la vez de manera fluida para que no se aburra.
Y estas escenas, a veces me cuestan más que otras.

¿Qué libro le recomendarías a gente a la que no le gusta leer?

Es una pregunta muy difícil de concretar, debería conocer a la persona o un poco sus gustos para dedicarle una lectura con la que seguro no podría parar de leer.

Si solo pudieras darle un consejo a un escritor que empieza, ¿cuál sería?
Que disfrute de lo que hace y no piense en escribir para cosechar éxito o ganar una fortuna. Ser escritor es una larga carrera de la que puede que nunca alcances la meta, es decir el éxito. Hay que ser disciplinado, pasar muchas horas frente al ordenador y privarte de pasar tiempo con amigos o familiares, así que realmente debes sentir pasión por la escritura y disfrutar de cada momento que le dediques.

"Danny pensaba replicar, pero en ese momento llegó su madre.

—Niños, no discutáis y bajad a cenar. ¡Vamos! No os lo voy a repetir una vez más, se os enfriará la comida.

Los hermanos se miraron y obedecieron.

Más tarde, Lucie daba vueltas en la cama. La pequeña Sally dormía a sus píes hecha un ovillo, y el ulular del viento le causaba tanto temor que no podía conciliar el sueño. Hacía unas semanas, si eso hubiera pasado, su hermano habría encontrado alguna forma de hacerla reír, pero ahora ya era el mismo; parte de él yacía congelado en algún lugar desconocido.

Por mucho que lo intentó, no fue capaz de dormir, pues no dejaba de darle vueltas a la historia de las Madison. Afortunadamente para ella, el día siguiente era sábado. Se permitió levantarse más tarde de lo habitual y llamó por teléfono a April. En breves palabras le explicó lo sucedido la noche anterior, la discusión con Danny y la barrera mágica que protegía el cristal bueno.

Las amigas supieron que esa era la entrada."

© Lucía González Lavado


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