Este microcuento ofrece una ingeniosa y humorística reflexión sobre la modernidad y la obsolescencia, transformando el clásico cuento de Cenicienta en una crítica a la cultura digital. La conversación entre Cenicienta y el hada madrina revela cómo los ideales de antaño se ven desplazados por nuevas realidades, dejando un sabor a nostalgia y resignación.
El hada madrina revisó su varita mágica con frustración.
—¿Problemas con la transformación, querida? —preguntó Cenicienta.
—Me temo que sí. El sistema operativo de la varita no reconoce «carroza» ni «zapatillas de cristal». Dice que son elementos obsoletos.
—¿Y qué sugiere?
—Aparentemente, la versión actual solo permite transformar calabazas en coches eléctricos y zapatos en pulseras de actividad con GPS incorporado.
Cenicienta suspiró.
—Supongo que tendré que conformarme. ¿Al menos el príncipe sigue en el programa?
El hada consultó su varita.
—¡Oh, cielos! Parece que ha sido reemplazado por un influencer con millones de seguidores en TikTok.
—Mejor me quedo con mis harapos y mis ratones —murmuró Cenicienta.
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